Los árboles, arbustos, trepadoras y rosales se podan en invierno, pero a lo largo del año también se pueden y se deben hacer intervenciones ligeras para eliminar elementos indeseables como:
– Ramas secas, rotas, enfermas.
– Ramas que estorben el paso de personas.
– Ramas que hayan crecido mucho (chupones).
– Rebrotes que hayan podido surgir desde la misma raíz.
– Flores y frutos pasados.
– Ramas que hayan salido totalmente verdes en las plantas variegadas. Si no lo haces, irá perdiendo el variegado amarillo o blanco de las hojas.
Hacer la poda en invierno de árboles y arbustos de hoja caduca resulta menos debilitante puesto que NO se eliminan hojas y se no se reduce por tanto su capacidad fotosintética.
Un aspecto positivo que tiene podar en primavera o verano es que los cortes cicatrizan más rápido que en invierno; pero cuidado con las especies que “sangran” mucho.
Se dice que podar los árboles, frutales, rosas y arbustos en luna vieja o menguante, favorece una profusión de flores y frutos. Y cuando se quiere un mayor desarrollo vegetativo, crecimientos más fuertes, se poda durante luna nueva o creciente.
Ventajas de la época de poda en invierno
– Resulta menos debilitante para el árbol al no eliminar hojas (si es caduco).
– La estructura de ramas se ve mejor sin hojas y facilita la poda.
– Sale menos volumen de ‘forraje’.
– En invierno hay menos trabajo en el jardín.
– En primaver o verano hay riesgo en especies que «sangran» mucho por los cortes.